Los jóvenes estudiantes con hambre de desarrollo nos recuerdan que el ser humano es mucho más que comer y dormir. En ellos hay una gran esperanza de que el país reconozca, y nuestras autoridades, que el ser humano tiene un destino superior. Que la civilización y el progreso se ha basado en el respeto de la persona humana y en el apoyo que le ha dado cada país a los estudios y desarrollo de talentos creadores.
Ya hoy en el mundo moderno se están desprendiendo de la adicción al petróleo importado. Con talento humano, trabajo en equipo y estudios, esas naciones han logrado a gran escala convertir la luz solar y el viento en energía eléctrica. Con talento esos países se han dado cuenta que no tienen que depender de unos pocos países que por casualidad y no por esfuerzo tienen petroleo y la carga que eso conlleva. Hay que formar empresas, crear desarrollo, meritocracia, el poder de la excelencia, el trabajo creador y continuo, identidad y sentido de pertenencia para construir bellas autopista, edificios, espacios públicos, escuelas, universidades y no vivir de las migajas que son lanzan los nuevos boliburgueses... Ciudadanos nuevos, corresponsales de su vida y su ethos.
El ejemplo educa... Traseros al aire de que hipocresía se asombran si el gobiernos quiere dejarnos sin nada...
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