miércoles, 21 de septiembre de 2011

Agradecer el Milagro de la Vida



A mis Hijos y Nietos

Hola, después de unas hermosas vacaciones con parte de mi Familia Nuclear: hijos, nietos y nueras. No queda más que dar gracias a todos y a D_s por la alegría de la compañía, la gracia de verlos sanos, fuertes, hermosos y prósperos. Lejos allí en un país de incongruencias pero de inmenso orden en proporciones que avasallan a propios y extraños, allí donde vamos y hacemos lo que hacen sus ciudadanos hago una profunda reflexión sobre porque no se nos quedan ancladas esas conductas cuando regresamos.
Al penetrar el Aeropuerto nos venezolanizamos y olvidamos ese sentido de pertenencia esa, sociabilidad que compartíamos cuando nos encontrábamos en los distintos destinos turísticos. Entonces comenzamos ese eterno quítate tú para ponerme yo… En el counter de cualquier aerolínea se nos olvida el orden y la civilidad que hasta hace momentos compartíamos. Triste realidad la nuestra y esta reflexión me llevan a otra.
Es difícil ver a la familia disgregada, lejanas de nosotros donde nos falta el tiempo para compartir, para estar unidos, para sentir que estamos lejos y a veces como abandonados. Hoy la nota tiene que ver con esos Insight de vida que compartimos. Momentos reales, auténticos donde cada uno de nosotros trata de dejar lo mejor de sí, a pesar de los malos momentos como es natural entre la fauna tan disímil familiar.

¿Cómo todo en la vida tiene sus Yin y Yang?.

Sin embargo he aprendido que lo blanco y lo oscuro son parte de la naturaleza humana parte de nosotros. Esa dualidad que nos hace maravillosamente creativos y diferentes. Al ser fieles a nuestras creencias y mantener como ciertos nuestros valores comprendemos que son parte del ser de ese Ser en el mundo que solo hace parte del Universo.

A mis hijos gracias por enseñarme cada día el Milagro de la Vida. Verlos como Seres en el Mundo me llena de alegría, de fe, agradecimiento. Del orgullo de verlos ser parte de ese mundo conflictivo y a la vez creativo como la Naturaleza. Existen, están en el mundo, luchan, trabajan, crean un mundo cada vez para ellos y sus Familias Nucleares como debe ser. Es motivo de orgullo saber que a pesar de los tropiezos, las equivocaciones, los momentos de amor y rigor, de alegrías, de dolor… Sentaron las bases de Individuos individuales cada uno posicionado en su ambiente de influencia con los temores y angustias propios de sus actividades. Al verlos claros, ciudadanos de bien, padres a su estilo y según sus mapas con el aprendizaje continuo de como educa a sus hijos y como los saca adelante en un mundo totalmente bizarro… No es fácil, pero ellos cada uno en su círculo de influencia lo ejerce y eso me llena de paz y triunfo. Los amo chicos a todos con el amor perfecto al saber que ellos hacen y viven una vida propia y que el préstamo que me fue otorgado ha sido cancelado y me da Libertad.

No he deshecho la casa. Continúa igual que siempre a la espera de las visitas y de los que vendrán a visitarme, hay un lugar para cada uno y para todos. Tengo en cuenta cada una de sus rincones y estoy pendiente de observar el estado de todos y de todas sus instalaciones. Sean todos siempre bienvenidos. Nuestras ideas respecto a lo correcto y equivocado sólo son parte de nuestra individualidad, ideas a las cuáles nosotros le ponemos adjetivos y que sólo son ideas que dan forma a quienes somos y nos dan forma y sustancia.

Solamente nosotros podemos decir si somos felices, ya que la felicidad es un estado de realización es un sentimiento interno que sólo nosotros mismos podemos elegir como sentirnos ante los fenómenos de lo cotidiano. Ustedes son hermosos son mis hijos en ello me complazco.

En este Bel far niente como dicen los italianos, me complazco en ser simplemente un aprendiz de maga, de bruja, hechicera, buscando herramientas que me permitan seguir en la búsqueda de un lugar en el mundo donde pueda poner un grano de arena para lograr que mi círculo de influencia tenga calidad de vida.
He convertido la belleza de no hacer nada, es la meta de todo mi trabajo, el logro final por el que más felicitan al encontrarse con el dilema de no hacer nada y ser profundamente creativo para ti, para los otros y todos los que de alguna manera van tras la búsqueda de sus propios dragones a ver como luchan y los vencen o solamente los domestican y los montan por el infinito espacio de su mente.
He llegado a la forma más exquisito y placentero, dominio de mi vida y del Bel far Niente. He llegado alto, me siento plena, viva, vivaz, creativa, afortunada, feliz y ciudadana. Soy una mujer en todo el sentido de esta hermosa palabra: mujer, esposa, ama de casa, madre y ahora ciudadana de a pie…

Para todos mis hermosos Hijos e Hijas mis bendiciones junto a mi profunda admiración por ellos son fieles retratos de aquellos que conformaron su creación… De nuevo los amo.


Adalgiza para Mariú y Al_Gizah… En El Solar de la Luna de Al_Gizah, http://adalgiza48.blogspot.com/2011/01/terapias-del-alma.html


Los Juicios




Los Juicios

Una buena manera de descubrir tus defectos, consiste en observar qué es lo que te irrita de los demás.
Eres lo que piensas. Atrae todo lo bueno a tu corazón. Piensa en positivo y lograras grandes metas y logros.
El silencio paz y armonía de mentes inteligentes de almas quietas y reposadas. De esto se trata al no juzgar tenemos paz. Dejemos que cada uno siga su camino y su propio criterio y tú lo tuyo.
No temas, aquello que más temes es lo que te atormenta, deja que la vida siga su rumbo y vívela en alegría con agradecimiento siguiendo sus sencillas leyes:
1.- El pensamiento es creador.
2.- El temor atrae a la energía semejante.
3.- El amor es todo lo que existe.

El amor como verdad última, nuestra experiencia de D_s. El único valor universal para todas las culturas. El temor no es más que la otra esfera del amor el extremo más profundo que existe.
En el Universo no existen las casualidades. Por el eso el amor al prójimo se manifiesta en no juzgar, ver al otro como a nosotros mismos y dejar que recorra su camino sin obstaculizar sus pasos.
Los sentimientos son el leguaje del alma, siente y reconoce cada uno de ellos y ponlos al servicio de tu humanidad, ya que en ellos se encuentra tu más alta verdad. Utiliza en el bien de los demás, tu inteligencia tus sentimientos, la experiencia y la palabra. La palabra que en realidad resultan el peor medio para expresarse ya que pueden ser mal interpretado, mal entendido y muchas veces sujetas a manipulaciones. Las palabras son como ruidos que expresan sentimientos, experiencias y pensamientos. Las palabras son símbolos que a menudo confunden lo que sabemos. Por eso Juzgar a los otros basados simplemente en nuestra percepción es absolutamente irreal y se basa en nuestras ideas.

«Los fariseos decían a los discípulos: '¿Por qué come vuestro maestro con los publícanos y pecadores' » (Mt 9,11)

La realidad de una cosa, lo primero que tienes que comprender es que toda idea deforma la realidad y constituye un obstáculo para ver dicha realidad. La idea no es la realidad: la idea «vino» no es el vino; la idea «mujer» no es esa determinada mujer. Si de veras quieres entrar en contacto con la realidad de esa mujer, debes dejar de lado tu idea de la mujer y tener la experiencia de ella en su singularidad concreta y en su unicidad. Por desgracia, la mayoría de las personas no se toman, la mayoría de las veces, la molestia de ver este tipo de cosas en su singularidad; se limitan a ver las palabras o las ideas, pero sin mirar nunca con ojos de niño esa realidad concreta, única, viva y con plumas que se mueve ahí mismo, delante de ellos; lo único que ven es un gorrión. Nunca ven el maravilloso prodigio de ese ser humano único que tienen ante sí; tan sólo ven a una mujer campesina hindú, negra, judía, india00, etc. por ejemplo. La idea, por consiguiente, es un obstáculo para percibir la realidad.

Pero hay otro obstáculo a la percepción de la realidad: el juicio. Tal cosa o persona es buena o mala, fea o hermosa. Ya es suficiente obstáculo, a la hora de fijarse en esa persona concreta, el tener la idea de «hindú,de negra, judía de mujer» o de «campesina». Pero, encima, ahora añado un juicio y digo: «es buena» o «es mala»; «es guapa y atractiva» o «es fea y poco atractiva». Lo cual me impide verla, porque no es ni buena ni mala. Es «ella», en toda su singularidad. El cocodrilo y el tigre no son ni buenos ni malos; son cocodrilo y tigre. «Bueno» y «malo» dicen relación a algo exterior a ellos. En la medida en que convienen a mi propósito, o son gratos a mis ojos, o me son útiles, o constituyen para mí una amenaza, en esa medida les llamo «buenos» o «malos».

Piensa ahora en ti mismo cuando alguien dice de ti que eres «bueno» o «atractivo» o «guapo». Una de dos: o bien te muestras duro y displicente, porque en realidad te consideras malo, y te dices a ti mismo que, si el otro te conociera tal como eres, no diría que eres bueno; o bien aceptas las palabras de esa otra persona y te crees de veras que eres bueno, y hasta te hace ilusión el cumplido. En ambos casos te equivocas, porque no eres ni bueno ni malo. Tú eres tú. Si te dejas influir por los juicios de quienes te rodean, estarás siempre acumulando tensión, inseguridad y preocupación, porque, del mismo modo que hoy te llaman «bueno», y ello te alegra, mañana pueden llamarte /malo», y te deprimirás. Por eso, la reacción apropiada y correcta, cuando alguien dice que eres «bueno», consiste en decir: «Esta persona, dada su actual percepción y talante, me ve bueno, lo cual no dice nada acerca de mí. Otro en su lugar, y con su propia manera de ser y de percibir las cosas, me vería malo, lo cual tampoco diría nada acerca de mí».

¡Con qué facilidad nos dejamos engañar por el juicio de los demás y nos formamos una imagen de nosotros mismos basada en ese juicio...! Para liberarte de verdad necesitas escuchar las cosas buenas y malas que ellos quieran contarte, pero no has de reaccionar con mayor emoción que la que manifiesta un ordenador cuando le introducen los datos. Y es que lo que ellos digan acerca de ti revela mucho más sobre ellos mismos que sobre tu persona.

En realidad, también tienes que ser consciente de los juicios que tú hagas acerca de ti mismo, porque incluso éstos se basan, por lo general, en los sistemas de valores de las personas que te rodean. Si juzgas, condenas o apruebas, ¿Acaso ves la realidad? Si contemplas algo a través del prisma del juicio, de la aprobación o de la condena, ¿Nno es ése el principal obstáculo para comprender y observar las cosas tal como son? Cuenta hasta diez cuando una persona te diga que eres alguien muy especial para ella; si aceptas el cumplido, empezarás a acumular tensión. ¿Para qué quieres ser especial para alguien y someterte a semejante clase de juicio aprobatorio? ¿Por qué no contentarte simplemente con ser tú mismo?

Cuando una persona te haga saber lo especial que eres para ella, todo lo más que puedes decir es: «Esta persona, dados sus gustos y necesidades, sus instintos, sus apetencias y sus proyecciones, siente una especial atracción hacia mí, lo cual no dice nada acerca de mí como persona. Otros muchos me encontrarán absolutamente vulgar, y ello tampoco dice nada acerca de mí como persona». En el momento en que aceptes el cumplido y te complazcas en él, habrás dado a esa persona el control sobre ti. Temerás constantemente que conozca a otra persona que le resulte muy especial y te haga perder la posición de privilegio que ocupas en su vida. Consiguientemente, te pasarás la vida bailando al son que ella quiera tocar y respondiendo a sus expectativas, con lo cual habrás perdido tu libertad. En suma, habrás conseguido depender de ella para ser feliz, porque has hecho que tu felicidad dependa del juicio de ella acerca de ti.

Por si fuera poco, aún puedes empeorar las cosas poniéndote a buscar a otras personas que te digan lo especial que eres para ellas e invirtiendo un montón de tiempo y de energías en asegurarte de que nunca van a cambiar esa imagen que tienen de ti. ¡Qué forma de vivir más agotadora...! De pronto, el miedo hace acto de presencia en tu vida; miedo a que se destruya tu imagen. Pero, si lo que buscas es la audacia y la libertad, tienes que deshacerte de ese miedo. ¿Cómo? Negándote a tomar en serio a cualquiera que te diga lo especial que eres para él. Las palabras «Tú eres algo muy especial para mí» tan sólo dicen algo acerca de mi actual disposición con respecto a ti, de mis gustos, de mi actual estado de ánimo y de la fase evolutiva en que me encuentro. No dicen otra cosa. Acéptalas, pues, como un simple dato y no te alegres por ellas. Lo que puede alegrarte es mi compañía, no mi cumplido; mi actual interacción contigo, no mi elogio. Y, si eres juicioso, me animarás a descubrir a otras personas igualmente especiales, para no verte nunca tentado de aterrarte a esa imagen que yo tengo de ti. No es dicha imagen la que ha de procurarte gozo y contento, porque eres consciente de que la imagen que yo tengo de ti puede cambiar muy fácilmente. Lo que has de disfrutar, pues, es el momento presente, porque, si te complaces en la imagen que yo tengo de ti, entonces te tendré controlado, y te dará miedo ser tú mismo, por temor a hacerme daño; te dará miedo decirme la verdad y hacer cualquier cosa que pueda deteriorar la imagen que yo tengo de ti.

Aplícalo ahora a cualquier imagen que la gente tenga de ti y que te haga ver que eres un genio, un sabio, un santo o algo parecido; siéntete halagado, y en ese momento habrás perdido tu libertad, porque en adelante no dejarás de esforzarte por conseguir que no cambien de opinión. Temerás cometer errores, ser tú mismo, hacer o decir cualquier cosa que pueda dañar dicha imagen. Habrás perdido la libertad de ponerte en ridículo, de ser objeto de bromas y chanzas, de hacer y decir lo que a ti te parezca, en lugar de lo que parece encajar con la imagen que los demás tienen de ti. ¿Cómo se acaba con esto? A base de muchas horas de paciente estudio, concienciación y observación de lo que tan estúpida imagen te proporciona: una emoción mezclada de inseguridad, falta de libertad y sufrimiento. Si logras ver esto con claridad, te desaparecerán las ganas de ser especial para nadie o de que nadie te tenga en una elevada consideración, no temerás andar con pecadores y personajes de dudosa reputación y harás y dirás lo que te plazca, sin importarte lo que la gente piense de ti. Conseguirás ser tan falto de autoconciencia como los pájaros y las flores, demasiado ocupados en la tarea de vivir como para preocuparse lo más mínimo de lo que los demás puedan pensar de ellos y de si son o dejan de ser algo especial para otros. Y, al fin, lograrás ser libre y audaz.


Con Amor Al_Gizah para mis hijos.