viernes, 1 de junio de 2012

LOS JAPA_MALAS

Los JAPAMALAS… Hace más de quince años mi hijo me trajo un abalorio de madera de tulsi con un olor delicioso de la India… Olía a sándalo y perfumaba mucho la casa. Es una especie de rosario con unas cebollitas hechas de un material como la rafia, unidas unas a otras como cuentas y en el centro una cuadrada de madera y pintada de rojo. Durante mucho tiempo me pregunte cuál seria su uso. Sin preguntar, ni investigar por los apuros y ajetreos de la vida de una madre de adolescentes la guinde a la entrada de mi casa y deje que su influjo y su aroma llenara los días de mi vida. Así que con el como un guardián; empecé a leer cosas de la filosofía Aristóteliana y descubrí aquello de que existía algo más allá de la física que el llamaba: más allá de la física… Un libro hermoso que se llama la Revolución del Alma escrito por él, 220 años A.C. Y de allí a la filosofía oriental pues un paso largo en la búsqueda de eso que le faltaba a la filosofía judeocristiana para completar una rica visión del mundo o por lo menos del mio. ¿Quién soy?, ¿De dónde vengo?, ¿A que vine?, y ¿Cuál es mi propósito de vida? No se rían es largo ese cuestionarse y mirarse hacia adentro. Comencé a hacer Kaizen… Trabajo manual repetitivo y por un tiempo parecía una araña, tejía y tejía… y esto empezó a callar mi radio interno y poco a poco… se fue despejando el velo que tapaba mi vida y que no me permitía vivirla con armonía. Nuevos cambios, nuevos conocimiento, estudio intensó me abría las puertas a las sensaciones que están tras los “ruidos”, los mapas, las creencias que limitan nuestras vidas y me tomé el tiempo de responder algunas preguntas. Siempre una a la vez y así sucesivamente muchas veces como si simultáneamente viviera nuevas vidas y desde fuera como observador iba viendo que esta bien y que no… ¿Cambios de paradigmas? Si, como amigos que van y vienen te muestran que dejar y que no… que cambiar y cuándo, cómo y en que momento. Y Así después de volver a la Universidad como una adolescente pero madura. Logré emprender un viaje a lo desconocido dentro de mi espacio geográfico y geopolítico. Mis hijos fueron creciendo y yo fui cambiando a medida que iba descubriendo nuevas cosas, oportunidad y al ser que habita en mi… Y sólo entonces descubrí mi “JAPAMALA”… empecé a tomarlo entre mis manos mientras estudiaba e investigaba… volvía a releer viejos libros… libros de hombres muertos, de etapas históricas distintas y eras diferentes. Aprendí porque decía que era como una Loba Esteparia pero desde el conocimiento sin el empirismo de antes. Tomaba una cuenta y la acariciaba en mis manos y entendí porque el hombre llego a negar el TODO, para renacer de nuevo… Por qué mi rechazo a los DOGMAS y mi espíritu Libertario, mi apego al número nueve el perfecto número tres que es mi palabra favorita… Todo tiene 3 patas. Así que en las lecturas encontré las respuestas a las cosas tan cíclicas de mi vida, a los sueños, a la alegría, a que todo tiene su opuesto y que todo sucede por una razón que somos seres únicos que vinimos a compartir pero que a la vez somos profundamente solitarios y dueños de nuestras propias decisiones y por ende sucesos o respuestas de esas decisiones. Así que nada, ni nadie nos hace nada… somos nosotros que al no fijar límites permitimos que nos sucedan cosa y que hasta que no aprendamos a reconocer que es nos sucederá tantas veces como sea necesario para aprehender a ser nuestros propios maestros. Ahora, hace tiempo que sé que significa mi querido abalorio, regalo de mi hijo y comprado en el monumento al amor, el Thal Mahal… Doy siempre gracias a mis maestros a todo aquel que se ha acercado a mi vida por el tiempo preciso para enseñarme a reconocerme, amarme , respetarse, sentirme digna de mi sexo de mi raza y de mi espacio geográfico. Doy Gracias siempre a mis MAESTROS de todos los días, ustedes que me leen, me escriben y me hacen reír con sus cosas y se ríen de las mías. Hoy mi abalorio tiene un lugar de honor a la entrada de mi habitación. Me recuerda que la vida es para dar Gracias y vinimos a este plano a Hacer cosas a crear a disfrutar está travesía, llamada vida… Limpios y puros para hacer el bien sin mirar a quién.
Los quiero, Al_Gizah para los amigos de Mariú. Nota: Japamala, Tanto con el pensamiento como con la palabra emitimos energía, esta puede ser positiva o negativa, todo dependerá de qué estemos pensando o diciendo. Podemos emitir frases positivas para cambiar conductas y sensaciones negativas.El Japamala (rosario hindú) tiene 108 cuentas redondas que al juntarse forman un círculo (mala), que termina con una cuenta alargada (que representa el Monte Meru o Morada de los Dioses). Esta cuenta alargada nunca debe ser pasada por los dedos pues sería atravesar el lugar de residencia de los Dioses, un lugar Sagrado. Luego, para volver a dar una nueva vuelta al mala, se debe girar y volver hacia atrás.El mala (rosario) es un objeto devocional, por lo cual debe ser usado con respeto. Debe ser guardado dentro de un paño o colocado sobre el altar de la casa.Una vez comenzada la acción de repetir el Nombre (japa), no se debe dejar de hacerlo hasta completar el círculo (mala); como un acto de respeto y unión con el Nombre y la Forma elegida, con quien, de acuerdo a la concentración obtenida durante esta repetición se llegara a obtener.